En el post anterior os daba la receta para hacer mi gazpacho de sandía. ¿Recordáis que dejamos reservada en el frigorífico la parte central (el corazón) de esta fruta?
Pues bien, con ella podemos preparar este rico y espectacular plato, inspirado en una improvisada cena en casa en que me dio por hacerme trocitos de sandía con un producto que adoro y que me como a cucharadas desde el mismo tarro: la olivada o paté de olivas negras de Aragón. Me alucinó tanto el contraste que no pude por menos que pensar en dedicarle una receta completa.
Aquí la tenéis:
Ingredientes para 4 personas:
La pulpa central de media sandía grande
200 gr de queso de untar
Paté de olivas negras (sólo olivas negras de Aragón, no confundir con el tapenade que lleva anchoas)
Sésamo
Tomillo seco
Pimentón dulce
Sal en escamas
Aceite de oliva virgen extra
Preparación:
Poner el queso de untar en un bol y aderezar al gusto con sal y pimienta. Mezclar con un tenedor.
Colocar el sésamo, el tomillo y el pimentón en tres recipientes planos.
Hacer bolitas pequeñas con la masa de queso y rebozar en cada uno de ellos.
Recortar la parte central de la sandía. Podéis ver uno de los métodos para hacerlo en la anterior receta " Gazpacho o sopa de sandía" .
Cortar láminas de 1/2 cm de grosor en diferentes formas y colocar sobre un plato llano de presentación.
Regar las láminas con un chorrito de aceite y escamas de sal.
Distribuir por el plato unas cuantas bolas de queso y unos montoncitos de paté de oliva.
Espolvorear por todo el plato con menta picada, sal en escamas y un cordón de aceite.
¡Hasta la próxima!
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