Volviendo a casa tras un fin de semana estupendo en el que, entre otras actividades, pudimos disfrutar de algunas tapas en el famosísimo restaurante La Flauta.
La Flauta
C/ Aribau, 23
08011 - Barcelona
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Era la primera vez que iba y realmente valió la pena la espera. Sí, sí, la espera. Quizá es el único punto negativo que podría darle: que siempre, siempre, hay cola para entrar.
El local consta de dos plantas, no es grande pero suficiente y con una decoración sencilla. Al entrar encontramos, a la izquierda la barra abarrotada de productos, y a la derecha un pasillo también abarrotado, pero de personas esperando una mesa libre y formando una cola que se prolonga hasta la calle.
La especialidad son las flautas (panecillos de a penas 3 cm de ancho por unos 15/20 cm de largo), las tapas y los montaditos. Aunque también hacen un menú diario, que por lo que he leído no está nada mal.
La relación calidad/precio es buena. Los productos son de gran calidad, la elaboración magnífica y el precio bastante razonable.
Nosotros pedimos el plato estrella, "Huevos cabreados". Son patatas fritas crujientes y picantes con dos huevos fritos encima. Al servirlos en mesa el mismo camarero te los "cabrea". Los rompe y mezcla entre las patatas.
También degustamos un exquisito jamón de bellota acompañado de flautas con tomate, y dos montaditos, uno de solomillo y otro de brocheta de gambas y calamar.
De postre pedimos un pastelito de chocolate en 6 texturas.
De postre pedimos un pastelito de chocolate en 6 texturas.
El servicio es rápido y correcto.
Una muy buena experiencia gastronómica.
¡Hasta la próxima!
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